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martes, 30 de noviembre de 2010

Córdoba B&W


sábado, 13 de noviembre de 2010

El ocaso de un asesino

La película “El ocaso de un asesino”, tiene dos papeles protagónicos.
Jack, solitario, desconfiado, de pocas palabras que busca amor y una vida tranquila, luego de haber vivido rodeado de tenciones, amenazas, violencia y dureza; la vida de un asesino. Clara, una prostituta que encuentra en uno de sus clientes el amor y el encanto que buscaba, de principios confusos y desconfiada de la vida, con un profundo deseo de cambio. Esa desconfianza que ambos tenían y la intención de cambiar, es lo que los une.
En la trama de la película se logra detectar los sentimientos extremos de ambos protagonistas desde la completa frialdad, al asesinar sin ningún tipo de reparo, hasta la esperanza de poder convivir juntos, lejos de todas las amenazas.
Claramente, podemos decir que en estos dos personajes, podemos encontrar una especie de resumen de la sociedad en la cual vivimos. Con sentimientos extremos y confusiones.
En esta sociedad en la que vivimos estamos rodeados de violencia, miserias y de más, que por cierto no nos agradan, y he aquí el problema, ¿Cómo escaparnos, o solucionar la situación en la cual estamos insertos? De hecho no es tarea fácil, pero tampoco es posible en tanto y en cuanto el objetivo este consensuado entre los involucrados y el esfuerzo sea mancomunado.
Como se muestra en la película ambos aspiraban a lo mismo, y de alguna manera lo logran. A nivel social, esto es mucho más complejo pero no imposible, si todos aspiran a lo mismo y se dejan de lado los intereses particulares por los comunes. Priorizando el bien, y porque no olvidando, dejando atrás los errores cometidos y los malos actos intencionalmente realizados.
Al final de la película, el protagonista principal, Jack, muere en manos de un asesino dejando truncos los deseos de ambos protagonistas de cambiar completamente sus vidas. Socialmente, esto nunca debería pasar, nadie debe ni puede truncar los deseos comunes o particulares para lograr su objetivo, y así, podemos decir, que en nuestra vida social, tendríamos muchos más amaneceres y menos ocasos.